Cuando pienso en un proceso creativo o en la creación, -por ejemplo de las mascotas calaca- me imagino dos cosas diferentes. Primero visualizo a una persona pensando, quizá distraída, buscando inspiración. Como decimos en México “papaloteando”, es decir, recordando el cielo, los cometas, o el vuelo de las mariposas. 

La segunda es la creación en si: cuando el sujeto de mi imaginación pone las manos en la masa. O en la lana, en el caso del fieltro. Muchas veces sólo llegamos a la primera fase… no todo se puede o debe concretar. 

Para muchos, entre ellos yo, hay una tercera fase: vender lo que hacemos. A menos de que la creación sea un pasatiempo (lo cual es genial), el proceso creativo y la creación necesitan culminar en la remuneración, y preferiblemente en la obtención de una ganancia, más allá del placer de hacer. 

La retribución podría ser económica o no. En cualquier caso, debería basarse en un proceso claro y digno. Si tu situación es parecida a la mía, se podría describir así: es necesario vender para seguir creando. Simple. Por ello incluí parte este aspecto en mi descripción del proceso creativo.

Regadera y coladera 

A mí se me ocurren muchos proyectos, que anoto o dibujo en mis cuadernos.  Supongo que te pasa igual. En ocasiones sueño que hago cosas, y despierto con la necesidad de revisar esas ideas. Dibujo o anoto cuáles serían los pasaos que podrían prefigurar lo que imaginé. 

Algunos estudiosos de la creatividad llaman a esta parte la regadera, o la lluvia de ideas. En esos momentos todo se vale, no hay reglas. Hay que dejar fluir las ideas, dejando las objeciones del otro lado de la puerta. Toda ocurrencia es bienvenida. Es momento de “papalotear”.

Sólo después aplicamos la coladera, o criba. ¿Qué de todas esas ideas podemos hacer, cómo, y cuándo? Aquí empezamos a pensar en la operatividad, la pertinencia, el tiempo, la capacidad, los costos, etc. no todo pasa por la coladera.

En efecto yo hago pruebas de un número bastante reducido de las ideas de mis cuadernos. Me falta tiempo para hacer todo lo que quiero, así que la elección es fundamental. Cuelo las ideas antes de llegar al taller. Y aún así, la primera vez que hago algo, siempre lo trato como una prueba.

Calacas, cráneos, y flores 

Te quiero contar cómo pasé por un proceso creador con las mascotas calaca. Siento que debo empezar por el tema. Si eres mexicano ya lo sabes, perdón. En mi país los días 1 y 2 de noviembre recordamos a nuestros muertos. Honramos su vida brindándoles placeres en un altar. Les ofrecemos olores, sabores y colores. Llenamos todo de flores naranjas, comida y bebida.

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No te creas todo lo que ves en la empresa cinematográfica del ratón y el castillo. De igual manera, el desfile que del 007 no existía hasta que se filmó esa película. Parte de lo que ves en Coco se parece a la fiesta, pero ésta es mucho más. Existen grandes variaciones en distintas regiones de México, y son absolutamente maravillosas y complejas. Para mí, muertos es la fiesta más bonita.

Para recordar a nuestros seres queridos usamos fotografías y/o cráneos de azúcar o amaranto. (O por introducción de ideas del norte, de chocolate) A veces llevan el nombre de la persona fallecida. Desde hace unos años se empezaron a hacer calacas de mascotas, de cerámica, papel o azúcar. Así que decidí hacer unas de fieltro y para ello experimenté bastante.

Las mascotas calacas

La verdad me encantan. Empecé con una para probar y la vendí, así que decidí hacer más. Como he dicho por ahí, no son perritos o gatitos, son recuerdos. Y vivimos de la mano de nuestras memorias. 

Cada vez que las hago me encantan y me encariño con ellas. Pero también hay un punto en su factura en la que me pregunto ¿por qué estoy haciendo esto? Resulta que no es tarea fácil. Su estructura de alambre y la poca lana que uso, hacen muy complicado dibujar las líneas… pero espera, mejor te cuento con más detalle. El proceso creativo en 10 pasos.

Creación de mascotas calacas

1. Ideas.

Casi siempre la mirada detona mis ocurrencias. Esta frase es muy abstracta, lo sé, pues vemos millones de cosas al día, y mi cúmulo visual es grande. Mi imaginación es claramente visual. Muchas veces relaciono ideas inconexas y se me presenta una imagen mental, casi siempre de colores y texturas.

2. Preguntas.

Tras la idea empiezo a dibujar, o “modelar” las formas en las que puedo concretarla. ¿Qué quiero resolver o alcanzar?, ¿cómo puedo lograrlo?,¿qué voy a comunicar? Me hago millones de preguntas. 

Siento que es una fase importante. Las preguntas pueden ser tan sencillas como ¿qué color me gusta para eso?, o tan complicadas como ¿qué textura puede comunicar mejor el sentimiento que tengo? 

Para los animalitos de lana significó revisar los esqueletos de los animales, simplificarlos, imaginar el tamaño de las piezas con relación a los objetos de una ofrenda, idear una manera tierna de representar la muerte.

3. Dibujos o modelos.

Algunas respuestas se traducen en líneas, o manchas de colores, a veces en papelitos de re uso, y otras en mis cuadernos de bocetos. A veces mis “bocetos” tienen que ser en tres dimensiones, es decir, son mas bien modelos. 

Para estas piezas de fieltro de aguja tuve que hacer varios dibujos, por ejemplo para representar los huesos… También hice un montón de modelos de armazón, y varios se fueron al país de nunca más.

4. Materiales y pruebas.

Esta parte suele ser muy divertida, pero hay que recordar que los bocetos son sólo primeras opciones. Puede ser que todo cambie a partir de la experiencia o inexepriencia, y hay que estar abiertos a olvidar lo que imaginamos.

En el caso de los animales tuve que buscar el alambre adecuado. El primero era muy delgado y el segundo muy grueso. Luego hallé el idóneo para crear los armazones y probar. También tuve que elegir las lanas. A veces en una sola mascota hay tres tipos de vellón, y el blanco más blanco es difícil de comprimir.

5. Creación.

Finalmente llegamos al momento de crear la pieza. Suelo querer hacer muchos detalles, y cuidar mucho el proceso. Hago el armazón, pogo las distintas capas de vellón, dibujo los huesos (con mucha dificultad), hago las orejas… busco darle personalidad a cada personaje. Veo fotos de animales, y me tomo libertades. Hacerlos me lleva más horas de las “rentables” (por eso hago tan poquitos)

6. Fotografía.

O video. Para distintos formatos. Y con diferentes cámaras. Cuadrada para Instagram, rectangular para el blog, que muestre los distintos ángulos, con fondos que refuercen sus características o den el contraste adecuado, o bien sin ellos. Suelo enamorarme más de las piezas en este punto.

Tomo las fotos con la luz que entra por mis ventanas, antes o después de mi trabajo Lado A o División historia del arte. Trato de hacer fotos “de producto” y “estilizadas”. Hay que revisarlas y repetir algunas veces. Borro y voy pensando cuáles me podrían servir para qué cosas. Edito mínimamente… pienso siempre que debo tomar un curso de photoshop. 

Generalmente empiezo pensando ¿qué tan rápido puedo montar un altar de muertos sobre mi mesa del comedor y después del desayuno? Podría disfrutar  mucho la toma de fotos si no tuviera que hacerlo rápido. Pero estas labores suelen acompañarse de preocupación por hacer más piezas y luchan por un espacio en el poco tiempo que tengo.

7. Vuelta a la creación y desiciones.

Muchas veces los pequeños talleres, como el mío, trabajamos sobre la marcha, siguiendo lo que algunos llaman modelo LEAN, es decir, hacer pocos, y con poco, y probar si funciona la propuesta antes de hacer más.

Todos los puntos, del 1 al 6 se hacen aunque nuestra pieza sea una prueba. Y si tenemos buena respuesta, hemos de hacer más. En este punto entra la estrategia o planeación, y eso para mí es más complicado que crear. Hay que calcular los tiempos de creación, optimizar materiales, calcular posibles costos, y todo lo que implica. Es momento de tomar desiciones.

8. Promo

Y después de hacer las piezas que estarán disponibles, llega el tiempo de más fotos, promoción y decisiones de venta. Trato de hacer la sesión de fotos cuando están todas las piezas. Hay que decidir también los formatos, y si acaso, hacer videos o reels, en horizontal para el tú también, y vertical para el IG. 

También hay que escribir los textos que acompañará las imágenes, decidiendo cómo comunicaré el valor de las piezas, y las características específicas de cada una: medirlas, nombrarlas, describir lo básico. También decidir cómo será la operación de la venta. 

Creo que todo esto es bastante claro y muuuuucho menos divertido que lo demás. Bueno, me gusta la primera parte, pero no la preparación de la venta en sí. Casi podría dejar de hacer piezas para evitar pensar en portales de mercado, tiendas virtuales, o mensajes para ultimar detalles. 

Pero recuerdo que no puedo seguir creando piezas si no cumplo con los 10 puntos. Así que soy como el señor de los memes que tira los papeles para luego recogerlos y seguir, me pongo a ello y adelante. 

9. Venta y distribución.

Es emocionante ver la respuesta, y me pongo muy nerviosa. ¿Qué tal que nadie me quiere comprar nada? Si todo sale bien, canto y bailo y si al entregar las piezas me dicen cosas bonitas me doy cuenta que he cumplido con mi objetivo de llevar cosas lindas a la vida de los demás. Y siento que todo vale el esfuerzo.

10. Agradecer.

Y volver a empezar con el siguiente proyecto o colección.

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Este año 2022 apenas pude hacer piezas para muertos. De hecho en 2021 no vendí ninguna mascota, pues mi Gatita Tinta, casi recién llegada a casa, masticó los perros y gatos que había empezado. Tuve que tirar a la basura algunos, pero tres se quedaron guardados y son los que ahora saldarán a la venta, tras mucho trabajo de reparación.

Escribir sobre el proceso creativo y de creación de las mascotas calaca me hizo pensar que debería empezar mucho antes. Quizá así podría sacar del cuaderno otras ideas que quiero hacer desde hace un par de años para la fiesta de muertos. 

También pensé que el proceso que sigo para crear otras cosas es muy parecido a lo que aquí te conté. Estos 10 pasos son necesarios y ayuda tener claro cómo hacer todo de la manera más orgánica y efectiva.  

¿Qué te parece este camino?