Consideraciones_sobre_el_color

5 consideraciones para tener más confianza al elegir tu paleta de colores. ¿Cómo decides tu paleta al crear un textil?

Hace unos días publiqué en mi cuenta de Instagram, una serie de imágenes inspirada en una pregunta que me hace mucha gente cuando ve mi trabajo: ¿cómo te acercas al color?, o bien ¿cómo eliges la paleta de color para cada proyecto? Varias personas me escribieron agradeciéndome, y me hicieron más preguntas. Ya que ahí el espacio de texto es pequeño, decidí ampliar esas ideas. Espero contribuir a que ganes confianza en el uso del color.

También me animó el hecho de que muchos de los textos que he consultado en internet, parten de una perspectiva distinta a ésta. Por ejemplo, hay muuuuuuchos textos para diseñadores, algunos muy buenos. Amo al diseño y a los diseñadores pero encuentro difícil aplicar esas nociones a un trabajo textil. También hay muchísimos textos de difusión de arte, y suelen ser un poco… superficiales, y ejemplificar todo con un grupo pequeño de artistas. Siempre que generalicemos debemos recordar que estamos dejando fuera muchos elementos.

color_como_herramienta

Estas 5 consideraciones parten de la peculiar mezcla de mi disciplina formativa con mi labor creativa. Aunque aquí escribo desde una experiencia más práctica, mi alma de historiadora del arte filtra todo lo que veo, creo y sé acerca del color.  Por ahí te contaré también de algunos textos o recursos que considero imprescindibles para la creación textil y el color.

o. La importancia del color.

Suelo ser una persona que huye de las afirmaciones absolutas. Sin embargo creo el color es fundamental para el ser humano, tanto para descifrar la naturaleza, como para comunicar sentimientos. Aunque como en todo lo importante hay excepciones, el color nos ayuda a interpretar lo que vemos, y a producir estados de ánimo. 

Si buscas frases célebres de artistas, podrás comprobar que muchas se dedican al color. Sin embargo los artistas que se consideraron como tales, que escribieron, o que dieron entrevistas y por lo tanto, que se compilan en ese tipo de publicaciones, vivieron, casi todos, a partir del siglo XIX. Dos autores anteriores, que fueron fundamentales en la conformación de la teoría del color, también se mencionan siempre cómo los orígenes de la ciencia del color, y la psicología del color: Isaac Newton (1642-1727) y Johann Wolfgan von Goethe (1749-1832). El color, sin embargo, está presente en el arte desde el origen del mismo, por lo que se remonta incluso a la prehistoria. 

Los seres humanos de la prehistoria descubrieron que con minerales o fluidos como la sangre podrían plasmar figuras o dar ciertos colores a sus utensilios o paredes, pero lejos de quedarse con lo que “encontraron” en la naturaleza, mezclaron tierras, las combinaron, y ampliaron sus posibilidades. La fabricación de colores (pigmentos y colorantes) demuestra la voluntad por usarlos para  comunicar mensajes por medio de ellos. Así que el interés por el color es algo que nos ha acompañado desde “siempre”.

Volviendo a las afirmaciones. El uso del color es fundamental para expresarnos e influye en el ánimo. Pero ojo, justo porque es un vehículo de comunicación, tiene muchas connotaciones históricas y culturales. Como dice Sol Kesseler (@Bugambilio) en su curso de Doméstika, te puede gustar cómo se ven juntos el rojo con el verde, pero… no podemos obviar que “suenan” a navidad en nuestra cultura.

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  1. Tu inclinación natural hacia los colores. 

Muchos sabemos que nos gustan unos colores más que otros. A veces tenemos claro cuáles nos parecen armónicos entre ellos, y cuáles evitamos juntar. Dudo que si estás aquí seas una de esas personas, como mi chaval, que pasan por alto casi todo lo concerniente al uso de los colores. Incluso pensando en él me di cuenta que sí evita algunos y prefiere otros. 

Quizá también recordemos que en algún momento de nuestra vida nos gustaban otros colores. Es probable que nos educaran según expectativas de género o de la industria de la moda. El uso de color es cultural, y si te fijas bien verás cómo se pone de moda de pronto un tipo de paletas en el cine, la publicidad, y hasta nuestro “feed” de Instagram. Sí, cada vez hay más series de tv usando paletas con colores complementarios, o vestimentas de corte “histórico”, pero con colores impensables y hasta imposibles en ciertas épocas. 

Más allá de las modas, si tú tienes clarísimo qué colores te encantan y cómo los relacionas con otros, estás un paso adelante. Si no es así, hacerlo consciente te permitirá caminar en la dirección adecuada. En este proceso será de mucha ayuda identificar qué ánimo te producen los colores, y tratar de encontrar asociaciones emotivas con ellos. ¿Hay algún color que te recuerda a alguien o algo? ¿Inmediatamente te transportan a un lugar o momento feliz? ¿O al contrario te sientes como alguien incapaz de entenderlos y recurres a combinaciones que consideras poco “problemáticas”? Darte cuenta de todo ello te puede ayudar.

En mi caso sucede siempre. Hay colores que me hacen pensar en mi infancia, y otros en el mar. Pero casi siempre pienso en obras de arte y artistas. Y por ello ahora sé que mi infancia tiene colores derivados del Op Art, del que mis padres eran seguidores. 

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2. De lo que queremos decir. 

A veces empiezo a bordar por que estoy nerviosa y siento que la ansiedad sube. Sé que el movimiento repetido de la aguja y la atención a mis manos, me ayudarán a relajarme. En esos momentos el resultado final me importa menos que la acción de bordar. Entiendo entonces que no siempre es fácil contestar a la pregunta ¿qué quiero comunicar? Mirando con cuidado, sin embargo, en las elecciones del tipo de proyecto, y los colores que use para calmarme, sí habrá una relación. Tengo algo que comunicar, aunque sea a mí misma. 

Y lo mismo pasa si nuestra labor no es “original” por completo. La pregunta sería entonces ¿qué quiso comunicar con los colores la persona que creó el patrón, o modelo? Y por supuesto ¿por qué me inclino a seguir ese y no otro? 

Tener claros estos mensaje también nos ayudará a conectar con la experiencia. Te pongo un ejemplo. Te contaré un proceso de elección de colores de un proyecto hipotético y mientras lees, imaginarás que te provoca. Al final declararé mis intenciones, u objetivos comunicativos, y veremos si se parecen a lo que pensaste.

Para este proyecto bordado (el ejercicio de la clase de “Presencia” en el curso Desata tu creatividad https://miradasalvuelo.com/desata-tu-creatividad-curso/) elegí una base de tela negra. Los colores de los hilos serán negro, gris oscuro, y morado seco, todos de base tonal fría y tendientes al gris. La tela para la silueta será también negra, aunque más opaca que la loneta de la base. Para unir la silueta con ésta, usaré el morado seco. La mayoría de los otros elementos del bordado, como las palabras y patrones del fondo serán en tonos de grises, fundiéndose a veces con el fondo de la tela. ¿Qué crees que quiero comunicar? 

Si te dijera que la silueta es de mi marido y quiero mostrar el amor, compañerismo y complicidad que tenemos, y que nos hacen reír y llevarnos bien la mayor parte del tiempo… ¿crees que habría elegido bien mi paleta de colores? 

Alinear los sentimientos que tenemos con las elecciones del color, será un elemento necesario para tener éxito en tu proyecto textil. En este sentido ayudarán dos cosas. La más importante (para mí), nace de nuestras experiencias. Y en segundo lugar, ayuda comprender lo que se ha estudiado sobre los colores, es decir, tener una base mínima de teoría. 

Cuando hablo de la experiencia puede ser tan sencillo como esto: si quiero dar la sensación de que alguien está parado, y tengo verde y azul, pondré el verde abajo y el azul arriba (a menos, claro, que quiera provocar una sensación concreta, un poco rara). La experiencia puede llevarnos a elecciones más sutiles o complejas: elegir tonos rojizos y matizados para transmitir el calor de una experiencia positiva, o bien contrastados si quiero transmitir más energía

3. ¿Qué se cree del color? 

En este punto seré muy breve porque lo he tocado en otras partes del texto. La interpretación del color es cultural. Se pone de moda. Pasa de moda. Es histórica. Así que para reforzar nuestros mensajes es importante considerar si estamos o no, de acuerdo con estas construcciones sociales. 

Los estereotipos existen. Y en particular la mercadotecnia parece haberse adueñado de la “psicología de los colores”, cosa que me parece un poco triste. Pensar en que el rosa es para las niñas, o, como se decía hace unos años, “el verde es el nuevo rosa”, son ideas que podemos trascender, pero debemos conocer. 

Como historiadora del arte no me canso de repetirle a mis alumnos que eviten pensar en absolutos como que el rojo implica siempre peligro o pasión. Si vamos a la naturaleza veremos cómo hay una lógica en esas asociaciones: la sangre es roja, la sangre se relaciona con el bombeo del corazón, la pasión es roja (y puede ser peligrosa). Hay animales venenosos rojos. El Sol puede verse rojo, y el fuego y el Sol nos dan calor, nos dan vida, pero pueden quemar. De esas experiencias se conforman los sentidos culturales, se codifican. Pero NUNCA son absolutos. 

Por ejemplo el rojo en ocasiones se asoció con las altas jerarquía sociales de los personajes e incluso se particularizó a las elevadas jerarquías eclesiásticas, como el “rojo cardenalicio”. (Eso también se relaciona con la facilidad o dificultar de conseguir teñir con ciertos colores) El azul, color del cielo y del agua, de la calma, también se ha considerado color de la realeza, y de la pureza, y quizá por ello el manto de la Virgen suele representarse azul. Y también el azul es para los niños… Así que en realidad hay asociales culturales variadas, y por ello es fundamental entender el contexto en el que se presentan.

4. Las posibilidades de tus materiales. 

Es común pensar en que la combinación de ciertos colores nos dan otros. Desde pequeños nos enseñan que azul y amarillo crea verde, o el rojo y el amarillo naranja. Es decir tenemos ya ciertas nociones sobre los colores. Los primarios combinados dan origen a los secundarios y éstos a los terciarios. Según las proporciones tendremos, con pocos, muchos colores. Los círculos cromáticos hacen estas operaciones bastante sencillas, por lo menos aparentemente. 

Pero por más que los círculos cromáticos son muy bonitos y útiles (esos circulitos impresos con ventanitas), adaptar su uso a las creaciones textiles es otra cuestión. Por cierto, para mi sorpresa absoluta recientemente me percaté de que los algoritmos de buscadores asocian esos círculos cromáticos con esmaltes para uñas y manicuristas… Será que no me las pinto casi, y por eso nunca había pensado que ellas eran unas expertas en la teoría del color, lo cual es completamente lógico. 

Pero el uso del círculo cromático al final de cuentas no es tan fácil como parece. Quisiera decir brevemente (es un tema que podría desbordarse) que hoy en día hay que clarificar el contexto del que hablamos. Los colores se procesan de maneras diferentes en las pantallas electrónicas, en las imprentas, en el teñido o al combinarlos en otros materiales. 

Las implicaciones de estos sistemas incluso provocan que cambien los que se consideran los colores primarios: el sietema RGB (Red, Green and Blue) rige las computadoras, televisiones y demás aparatos electrónicos y se considera aditivo (que suma). El CMYK (Cian, Magenta, Yellow and Kay) es sustractivo (que resta) y es usado para la impresión. Y el “tradicional” o para las “artes” (véanse las comillas) es el RYB (Red, Yellow and Blue) y se basa en la mezcla. 

Quiero llamar la atención aquí que no es exactamente lo mismo elegir como base de un círculo cromático el cián y el magenta, cómo lo hace Gimena Romero en su lindo curso de Pintar con hilo de Domestika, que elegir un azul y un rojo, como lo hacen Sol Kesseler y Karen Barbé, también en fantásticos cursos de la misma plataforma. (Barbé de hecho tiene un libro imprescindible para el bordado, y lo puedes encontrar en su página, que dejo abajo). Lo que quiero dejar claro con estos ejemplos es que hay espacio para la subjetividad en cómo interpretamos esos círculos cromáticos. 

Cómo señalan las bordadoras citadas, no es lo mismo mezclar una acuarela que usar un hilo. Las personas que tiñen, industrial o manualmente, saben que se pueden conseguir muchísimos colores con muy pocos. Cuando usamos materiales que ya están teñidos, la elección de nuestras paletas tiene que adaptarse a otras consideraciones. ¿Los colores cambian si se superponen, es decir, hay “transparencias”? ¿En qué medida? ¿Hay técnicas para mezclarlos ópticamente?

En el bordado, aunque hay algunas puntadas “de fantasía” que podrían provocar efectos parecidos a la transparencia (tengo en la mira hacer estos experimentos), en general la superposición como tal no es el camino. 

Pero con el fieltro húmedo y el fieltro nuno (añadir a la creación del fieltro hecho a mano alguna tela como te explico aquí https://miradasalvuelo.com/arte-textil/tecnicas-o-medios-creativos/), el factor de superposición sí juega un papel importante. Siempre he creído que con estas técnicas los colores consiguen efectos más parecidos a la cerámica que al bordado, y quizá por eso son mis favoritas. Lo siento, tengo una debilidad hacia el fieltro.

Saber qué posibilidades tienen los materiales, y cómo reaccionan de manera individual, y en conjunto con los otros, será fundamental para sacar más partido del uso del color. Hay que crear, observar, analizar y experimentar. En el curso Desata tu creatividad hablaremos del color como un factor importante a la hora de abordar nuestros proyectos tratando de no presionarnos. La experimentación debe ser divertida.

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5. Cercanías, proporciones y composiciones  

Las cualidades de los colores los hacen tener relaciones más tensas o más suaves entre ellos. Y en esto otra vez no hay bien y mal, sino tratar de alinear lo que queremos provocar con el uso de los mismos. Cuándo, dónde y cuánto de un color usaremos, será fundamental para lograr efectos determinados. En este sentido un círculo cromático puede servir de apoyo, pues facilita las decisiones, aunque la observación y la toma de conciencia de lo que sentimos cuándo los vemos, es también necesaria.

Con los hilos y estambres, por ejemplo, debemos considerar la relación y cercanía de colores que estarán próximos unos a otros, así como de la cantidad de ellos en nuestros proyectos (de nuevo aquí te remito al libro y curso de Karen Barbé). Por ejemplo usar una paleta en que predominen colores cercanos sumando en poca cantidad un color contrastante, generará un énfasis y creará interés en ese detalle. Si en cambio usamos dos colores altamente contratantes en la misma cantidad o proporción, se creará una tensión. 

Con el fieltro hay que tomar en cuenta también la posición de los colores en las capas o estratos a la hora de disponer la lana, y/o la tela, si ésta se usa, pues existe migración entre éstas. El orden en el que dispongamos el vellón (o lana), tendrá efecto en la apariencia de las piezas. 

Otros dos factores que quisiera mencionar, pero en los que no ahondaré, son la relación del color con las texturas y del color que usemos con el del soporte de la pieza, si éste se ve. No es lo mismo bordar usando una puntada que crea una textura muy compleja, que otra que no lo es, pues un color muy protagónico, con una textura cargada, inmediatamente llamará la atención, y deberá equilibrarse. Cuando bordamos sobre una tela estampada es importante considerar si la tomaremos como “fondo” o le daremos un lugar de mayor jerarquía. 

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Así que… 

Aunque que suela dar cabida en el proceso de elección de mis paletas a cierta espontaneidad, antes de empezar mis piezas considero los colores principales, y más o menos su disposición. Según sea el caso hago bocetos o pruebas, aunque sea simplificando los rasgos primordiales de las piezas. 

Y una vez más, aunque parezca ya un poco repetitivo, hay que experimentar. Tomarse el tiempo para explorar nuestra relación con los colores, los parámetros culturales en el que nos movemos, las propiedades de los mismos, y hacer pruebas o bocetos, nos puede tomar mucho tiempo, aunque la experiencia vuelva todo más sencillo. Ese tiempo, sin embargo, rinde frutos pues nos permite aprovechar el colorido como un medio de expresión que, en el espectador, es casi inmediato. Inmediato, pero impactante. 

Gracias por leerme, espero de corazón que este texto te ayude a ver la elección de los colores como algo emocionante.   

Paula 



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