Algunas consideraciones sobre el valor

Consideraciones sobre el valor de las creaciones hechas a mano..

desde el punto de vista de una creadora de textiles con un “Day Job”

Quizá uno de los puntos más complicados para los creadores al empezar a vender nuestras piezas hechas a mano (o para los dueños de micro negocios de materiales), sea poner precio y/o calcular el valor de nuestros productos. A excepción de las carreras de negocios o financieras, en contadas ocasiones las universidades preparan a sus estudiantes para dirigir negocios sustentables, y muchas personas nos lanzamos a un mundo desconocido cuando decidimos, o necesitamos, cobrar por aquello que nos gusta crear (o vender). Y ante la pregunta sobre cómo poner precios, hice el video que te comparto abajo. 

Vender tus creaciones es ¿tan personal que cuesta? 

Para ser perfectamente honesta: a mí me cuesta mucho trabajo ponerle precio a las obras que hago. Por un lado el entusiasmo dedicado a la creación de cada una me aleja de la objetividad. A veces, además, vender piezas a amigos o personas cercanas a quienes quisiera regalárselas, me parece difícil. Por otro lado, me ha llevado mucho tiempo sistematizar mis procesos, los costos y tiempos que implica la creación, datos absolutamente necesarios para decidir un precio. Y por supuesto dudo… Para personas muy autocríticas sacar al mundo obras que nacen de muy hondo, y pedir dinero a cambio, nos hace sentir vulnerables.

Por lo mismo creo que es necesario bajarle tres rayitas a la inseguridad, al desconocimiento, y a la desconfianza. Hablemos del asunto. Pensemos. Experimentemos. Estudiemos. Y NO REGALEMOS NUESTRO TRABAJO INVOLUNTARIAMENTE. 

Quiero enfatizar algo que en el video quizá no fue suficientemente claro. Es necesario que tengamos consciencia de nuestras realidades económicas y nuestras metas para poder avanzar de manera constante y sólida. Saber qué quiero, cuándo y por qué. Y proyectarlo hacia adelante. Podemos dar muchos pasos, pero es necesario tener un destino.

Pregunta constate

Sé que no estoy sola. En variados grupos a los que pertenezco en las redes sociales, cada tanto tiempo alguien dice: “me encargaron XX pieza ¿en cuánto creen que deba venderla?”. De este tipo de preguntas me alegran dos cosas, y me preocupan otras dos. Me gusta que pedir recomendaciones de precios en estos foros implica una cierta confianza en los “colegas” de oficio. Es mucho mejor que desconfiar de “la competencia”.  En segundo lugar me parece bueno que la gente discuta el tema de precios y valores, comparta sus experiencias, y dé sus puntos de vista. Es importante crear comunidades y lazos de apoyo.

Sin embargo, cuando la pregunta suena a “por favor ayúdenme porque no sé nada” me causa preocupaciones. Por un lado me parece que si uno se forma en un arte (o artesanía) y quiere profesionalizarse al punto de vender sus piezas, debe también formarse y profesionalizarse en los aspectos que conlleva esa decisión. Sí, sé que para muchos de nosotros esa cara de la moneda es menos atractiva que crear, pero sin ella no podremos seguir creando. O por lo menos yo no podría.

Lo que de plano me duele de estas preguntas, son algunas de las respuestas, que traslucen dos problemas: el poco conocimiento con el que muchos empezamos, y el escaso valor que se le da al trabajo manual y a la creatividad. Estoy convencida de que las personas que se lanzan sin pensar a vender barato porque pueden y no les interesa demasiado, contribuyen al poco aprecio del ramo en general. Y de que si, por el contrario, todos valoramos el trabajo y pensamos más claramente en los precios, mejoraremos las condiciones de todos los micro negocios.

Anotaciones breves sobre los objetivos

Cuando me di cuenta de que quería seguir aprendiendo a hacer fieltro de lana y a bordar, y para ello necesitaba pagar cursos, dedicar tiempo (que es dinero) y comprar materiales, hice consciente que necesitaba generar más dinero. Como no tenia idea de NADA (ahora tengo idea de algunas cosas), me puse a estudiar. Una de las preguntas que aparecía CONSTANTEMENTE en cada conferencia, curso, libro, o blog sobre “emprendimiento”, era la necesidad de plantear objetivos. 

¿Te das cuenta? Son tan importantes que otra vez salieron a la luz. Aunque en mi caso he avanzado, este punto para mí sigue siendo complicado. Quiero demasiadas cosas… y las quiero ahora… al ritmo que tú ya sabes. 

Pero me he dado permiso de proponer metas a cortos, y medianos plazos, y poco a poco a también a mayor distancia. Ahora pienso en cómo convertir las metas en objetivos. Y acciones. Aunque hay días que paso de todo, y tengo ganas de olvidarme de la presión y responsabilidad de intentar que mi “proyecto” se convierta en un micro negocio, ahora sé que me ayuda el mirar un poco más lejos.

Es como cuando uno maneja por carretera y se concentra en ver la línea blanca que divide los carriles a sólo a un par de metros de distancia. Podemos manejar así un rato, pero se convierte en algo muy difícil, e incluso peligroso. Necesitamos panoramas más amplios para tomar las curvas con suavidad. Y de vez en cuando ver los paisajes que nos rodean, y disfrutarlos.

Así que te dejo este video, nacido como te digo ahí, de una pequeña efervescencia sobre el tema en el ambiente en el que me muevo. De ninguna manera considero que lo digo todo. Mucho menos que lo sé todo, o que mi punto de vista es la única manera válida de ver las cosas. Para mí se trata siempre de experimentar y aprender.

Espero que para otros creadores que empiezan les sea de utilidad algo de lo que digo, o de las recomendaciones finales. Y si algún cliente lo mira… espero que pueda tomar mejor  consciencia de lo que implican los precios y el valor que ponemos. Y ya que además todos nosotros también somos clientes de alguien, nos sirva ver desde ese lado.

Gracias por leerme. 

Paula Mues   



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