Ante un mundo por demás plástico, las fibras de lana de borrego son una opción textil natural muy conveniente. O podrían serlo si se controlaran algunos aspectos de la cría de borrego y la recuperación del vellón. Sí, hoy en día TODA la industria textil podría recibir críticas medioambientales o éticas, pero te quiero contar en particular sobre la fibra de lana.

Desagradables pero necesarias

Aunque fuertes o feos, algunos temas sobre la producción textil deben hablarse. Nos atraviesan a todos los que vivimos en el planeta Tierra y nos vestimos. Me refiero a la crueldad animal para la obtención de fibras textiles, y a la contaminación textil. Mi abordaje será sintético, y por lo tanto seguramente faltarán tópicos y datos. Quizá pueda equiparase a una introducción a estos asuntos complicados, pero al final de este escrito te dejaré varias ligas, por si quieres leer un poco más.

Fibras animales

Hay que aceptar que para algunos, todo uso de los animales por el hombre es inmoral, cruel y opresivo. Este principio es muy respetable, y también discutido. Bajo esta perspectiva no habría mucho que decir, la industria textil de fibras proteicas, es decir, animales, sería siempre cruel. Para quien así piensa, la utilización de la lana y por lo tanto el trabajo con fieltro de lana, nunca será aceptable. Nada de lo que pueda decir a continuación cambiará. Lo respeto.

Fibras naturales

Por supuesto hay otro tipo de fibras naturales no proteicas, es decir, vegetales. En febrero de 2022 (edité este texto en octubre de 2022), salió un artículo en el New York Times en el que se habla del enorme problema del cultivo de algodón.  Y de la problemática denominación de  algodón orgánico. Los cultivos de fibras pueden ser invasores de tierras de pueblos pauperizados y gastar tal cantidad de agua que de ecológicos tienen poco.

Fibras sintéticas

Existen otras muchas fibras. Se conocen como sintéticas las realizadas por manos humanas en combinaciones que no existen por sí solas. Éstas son fabricadas básicamente con petróleo y plásticos. Me atrevo a decir que de baratas tienen sólo la apariencia, justamente por la enorme contaminación que producen. La contaminación siempre nos saldrá muy cara.

Volvamos a la lana de borrego

Cuando empecé a interesarme por la fabricación de objetos de vellón o lana, me preocupé genuinamente: ¿es cruel usar lana? Soñaba con hacer cosas lindas con este material, como te conté en ¿Qué cosa es wet felting? Pero primero investigué sobre la crueldad, la industria, “moda rápida” y “moda lenta”. Me sorprendieron mucho los resultados y te contaré sólo de algunos que me parecen importantes.

Desgraciadamente es verdad que parte de la industria lanera a gran escala puede ser cruel. Muchas de las denuncias de crueldad se centran en una práctica llamada “mulesing”: se quita un pedazo de piel del borrego cerca de la cola, para causar una cicatrización que impida el crecimiento de pelo. Busca evitarse que el pelaje se ensucie con heces y orines, y por ello controlar los ataques constantes de moscas que producen infecciones que enferman o matan a los borregos.

Esta práctica era un procedimiento casi estandarizado en Australia, desde donde se difundió hacia otros centros laneros. Afectaba particularmente a los borregos merino, que producen un vellón muy suave y con características apropiadas para la realización de textiles finos. En su origen el mulesing se realizaba con muy poco cuidado y sin importar si el borrego sufría. Sin embargo, las muchas denuncias de asociaciones protectoras de animales se hicieron escuchar y cambiaron la situación.

Mientras que Nueva Zelanda prohibió el mulesing en 2018, en Australia se volvió un procedimiento regulado. Esto implica que lo realiza un veterinario con analgésicos de por medio. Sin embargo, tiene muchos detractores. De hecho existen acreditaciones internacionales garantizando que no se practica. Así mismo, la organización mundial R-W-S (responsible wool standard), acredita la producción de lana bajo estándares responsables y éticos, cuidado tanto a los borregos, como a la tierra en la que se crían. En mi caso busco proveedores acreditados con estos sellos.

Esquila, que no trasquila

La esquila es otro tema que genera muchas denuncias de maltrato. Por ahí circula un vídeo de Peta en el que muestran cómo, con descuido, maltrato, y malos modos, “trasquilan” una oveja. La persona tumba al animal golpeándolo, e incluso corta su piel en varias ocasiones, mientras éste intenta soltarse. Lógicamente muchos observadores reprobaron la crueldad que ostenta  el video. Creo que culaquiera que lo viera lo haría.

Pero también muchos productores o personas de la industria lanar comentaron que ese vídeo no reflejaba la realidad cotidiana. Tras reprobar el proceso grabado, aducían que estos maltratos atentaban no sólo en contra de los animales, sino de los propios intereses económicos de los productores de lana. Es verdad comprobada que la calidad del vellón depende del bienestar de los animales, desde su alimentación, hasta la esquila. Sin atreverme a desacreditar el video, estoy segura que el trato a los borregos no siempre es ese.

Estoy usando la palabra esquilar, que sería cortar el pelo de forma ordenada. Trasquilar por su parte, implicaría un descuido o desorden. Si quieres ver una opción de esquila humanizada, que muestra cómo los animales hasta agradecen el corte, mira alguno de los videos de una pareja de chicas en Texas que se dedican a ello, llamadas Right Choice Shearing.

Otras ideas sobre las fibras de lana

Es común que los productores de lana fina, dedicados a la creación de fieltro húmedo o estambres, críen sus propias ovejas. En muchos lugares, como en los videos que mencioné antes, las granjas son pequeñas y familiares. También es común que, como yo, los que nos dedicamos al fieltro húmedo compremos lana con garantía de no maltrato. En mis grupos de artífices de fieltro húmedo he visto fotos de mujeres tejiendo abrigos para sus ovejas recién nacidas, a las que cuidan con cariño.

Uno de los aspectos mas interesantes de la cría de ovejas para lana, es que es tan antigua, que cambió la realidad biológica de algunas especies de borrego. (Es idea, por otro lado, me asusta un poco). Lo diré de nuevo y mejor: la lana se ha usado desde la antigüedad para fabricar vestimenta. Las ovejas por ello han acompañado el desarrollo humano. La interacción entre los seres humanos y los borregos cambió las condiciones de ambas especies.

La cría continuada para la esquila constante tuvo dos muy importantes consecuencias: 1) la mezcla de tipos de oveja dio como resultado nuevas razas, por cierto varias de ellas en estado crítico de conservación; y 2), algunas razas de ovejas perdieron la capacidad mudar el pelo por si mismas, o bien, lo pierden a mechones y con dificultad.

En el año de 2004 se dio a conocer el caso de la oveja merino llamada Shrek, en Nueva Zelanda, que se escapó de su rebaño. Estuvo 6 años en una cueva y cuando la encontraron había perdido parte de su movilidad por los 27 kilos de lana que cargaba. Otro caso aún más impresionante fue el de Chris, también merino, encontrado en Australia en 2015 con más de 40 kilos de lana. ¡Imagínate qué calor! No esquilar a una oveja incrementa también las posibilidades de desarrollar enfermedades y heridas en las pezuñas.

¿Alternativas?

La industria lanera ha decaído por la creciente utilización de telas sintéticas preferidas por la “fast fashion” o “moda rápida”. Opiniones bastante superficiales celebran su uso por no ser de origen animal. Sin embargo la mayoría de las telas sintéticas tienen poca calidad, acelerando la necesidad de reemplazo. Si sumamos la moda cambiante, obtendremos miles de desperdicios difíciles de eliminar. La moda inconsciente también genera un trabajo casi esclavista, a veces infantil. 

Como te decía al empezar podría creerse que la fabricación de ropa de algodón es una opción, pero su cultivo requiere muchísima agua y amenaza la diversidad vegetal. Ante este panorama puede uno sentirse desolado. Parece claro que un enemigo común del planeta es la masificación del consumo, en serie y sin consciencia. Debemos apostar a producciones locales, que promuevan una economía justa y ecológica. Y por supuesto, necesitamos exigir regulaciones sustentables a las industrias por parte de nuestros gobiernos.

Fibras de lana… otra vez

En este contexto de serios abusos al planeta, creo que desperdiciar la lana de los borregos es un disparate. El vellón sigue teniendo muchas e increíbles cualidades como puedes leer en súperpoderes lanísticos (aqui). Quisiera pensar que  algún día la normalidad será brindar un trato ético a los animales. Y que con ello contrarrestaremos los efectos de la crisis por los desechos sintéticos alentados por el consumismo en la moda.

Y en el camino por un consumo más consciente, podemos pensar que las fibras de lana, son una opción natural. Una opción que nos permite crear objetos bellos y útiles que cambien y mejoren nuestra percepción del mundo. Disfrutar lo que tenemos y consumir éticamente, será también una forma de contrarrestar la apatía y propiciar la creatividad.